Tengo un sueño algo extraño que se repite con frecuencia. Vuelve a mi de manera aleatoria, sin control. El día más inesperado cuando casi lo he olvidado, aparece de nuevo. Se trata de un sueño agradable, para nada una de esas pesadillas terribles que hacen que uno despierte exhausto y empapado en mitad de la noche. Cierro los ojos y todo se ilumina. Una luz intensa se entreteje entre los árboles de un inmenso bosque. Camino sin rumbo por un sendero que me lleva a ninguna parte. En un suspiro, la intensa luz se hace más ténue y la vegetación desaparece para dar paso a un lago en el que me sumerjo sin miramientos. Todo es azul. Un ligero cosquilleo recorre mi cuerpo y un banco de peces de colores me arrastra hacia una orilla. Uno de ellos se queda a mi lado por un instante, luego desaparece y esa luz cegadora vuelve a iluminarlo todo. Es entonces cuando despierto.
No he llegado a comprender el significado de la escena y sinceramente, creo que nunca llegaré a hacerlo, pero reconozco que cada vez que se repite me asalta la duda. Dicen que los sueños repetitivos son la expresión de nuestros deseos más ocultos, la realización de aquello que anhelamos en lo más profundo de nuestro ser.
